miércoles, 26 de enero de 2011

Leyendo con ellos. Opinión de Rafael Carcelén


Por Rafael Carcelén
(Originalmente publicado en el semanario Valle de Elda)



Leyendo con ellos



Gianni Rodari, autor de Gramática de la Fantasía, sostiene que "nunca se debe ordenar leer un libro a nadie. Lo mejor es sugerir, mostrar, indicar, aquellos libros que nos parecen los mejores, para que nuestros hijos y alumnos se diviertan y aprendan". La imposición, pues, no es el mejor camino para promover la lectura entre ellos  y menos en esta época de videojuegos o teletiendas que tanto enfrían la imaginación y el pensamiento. Incluso hemos de asumir que el juego, la lectura o el ordenador no sólo no son incompatibles sino que, en su justo equilibrio y en condiciones concretas, contribuyen decisiva y conjuntamente a mejorar nuestro desarrollo integral.


Pero no es necesario insistir en que un buen hábito lector, un alto nivel de competencia y comprensión, mejora nuestra adquisición de cualquier aprendizaje. De ahí su importancia en el proceso educativo desde los niveles más bajos. Es además una fuente de placer y satisfacción en sí misma, si nuestras lecturas son adecuadas y sugerentes para nuestro desarrollo. Por el contrario, para los niños que leen muy pobremente, la escuela y el aprendizaje se vuelven una carga o algo peor. La buena noticia es que el 82% de niños y niñas entre 10 y 13 años son lectores habituales. La mala, que este porcentaje decae ostensiblemente en la pubertad, donde no pocos abandonan por completo el hábito lector y no lo vuelven a retomar ya nunca en la madurez.

De la evidencia anterior se deduce el empeño de los educadores por hacer de los alumnos excelentes lectores. Así lo creen también el 94% de los padres. Por eso, para cultivar en ellos la afición lectora, es bueno que nos vean leer en casa habitualmente, que dediquemos un tiempo –por escaso que sea- a leer con ellos cada día cuando apenas se están iniciando o que nos interesemos por lo que leen en cualquier momento de su desarrollo. De hecho, el 75% de los chavales enganchados a la lectura (del 82% ya mencionado, menores de 14 años) son hijos de padres lectores. Porque hacer de la lectura un lugar de encuentro familiar, intercambiando opiniones sobre lo leído, recomendando libros o yendo juntos a la Biblioteca del barrio, es una forma insustituible de animarlos a leer y de apreciarnos mutuamente mucho más.

No en vano, ya los egipcios denominaban a las bibliotecas “el tesoro de los remedios del alma”, por curarse en ellas una de las enfermedades más peligrosas, la ignorancia, origen de todas las demás. Así, cual jarabe impreso, además de aprender, divertirnos o emocionarnos, la lectura nos permite asomarnos a nosotros mismos con los ojos del otro -con todo el candor y la avidez propios del ignorante- para celebrar un reencuentro desde siempre presentido, desde siempre rastreado. “La lectura es para mí como la barandilla en un balcón”, ha dicho Nuria Espert. Asomarse juntos a la lectura es la mejor manera de saber lo que pasa en la calle. Por eso, también antes y después de cada 23 de abril, regálense libros. Elijan bien. Disfrútenlos.

Rafael Carcelén es maestro de escuela en el CEIP Padre Manjón de  Elda. Poeta, lector apasionado y perpetuo observador, opina sobre la realidad que nos rodea, bien en su columna Entre col y col en el semanario Valle de Elda o en otros foros independientes y/ o alternativos.


lunes, 24 de enero de 2011

Biutiful. Comentario cinematográfico de Emilio Pérez Martín

BIUTIFUL



  











Emilio Pérez Martín





Comentario cinematográfico de Emilio Pérez Martín .


Para mi gusto Javier Bardem sale por fin bien parado de su última película, después de bañado entre babas y cacas de sus anteriores películas (Huevos de oro, Carne trémula o Mar adentro) donde parecía que más que su propio carácter preponderara la carne que ofrecía (no es una crítica, sucede así con todos los actores de valía, también Penélope Cruz es así hasta que no se arroja a las llamas de Los abrazos rotos). Terminado de tallar en una película que nos ofrece muchas reflexiones en las que trataremos de centrarnos. Sin lugar a dudas el hispaninglish del título nos ciñe a una reflexión sobre qué es la belleza, si también se puede representar lo feo, etc. He de confesar que al principio de la película confundía las barriadas decrépitas con un Madrid suburbial, pero efectivamente enseguida te das cuenta que se trata de Barcelona, no la más fashion, cultural y estudiantil, sino en la que se desarrolla la crisis de la trama. Afán del director, sobre todo en la primera parte, de mostrar todo lo sórdido que encierra -y la sordidez la encierran en sí todas las grandes ciudades en que también se dan las mayores desigualdades-. En ese sentido todas las imágenes de prostitución, delincuencia y pobreza vienen al caso, de manera muy embelesada, estética. En ese sentido podríamos adivinar hasta una crítica social preconcebida, y por qué no, al propio concepto del "biutiful" extranjero cuando trata de englobar todo lo español en el mismo saco sin conocernos de dentro (así como nosotros hacemos con otros países) y sin tener en cuenta nuestro propio salto traumático del XX al XXI con el atraso consabido acarreado.


La trama, un hombre que trata de sacar adelante a su familia, durante la crisis, teniendo en cuenta que la falta de trabajo le lleva a traficar con drogas, mediante mafia china y recurriendo hasta el crimen. En ese sentido hay un nuevo realce dickensiano hacia la inocencia del criminal, que tiene su explicación en su propia necesidad. Dándole este tipo de papeles a Bardem estoy seguro que bordaría la obra teatral de Koltés "Roberto Zucco" por tratarle siempre como carne de cañón, si bien observamos que aflora su lado humano, por lo que termina de tallarse (y yo le retaría a hacer papeles cada vez más humanos, nadie encierra una bestia de por sí, para salero de los demás). Los ambientes : ese rastro donde bohemios venidos a menos, esas casas ínfimas y postindustriales, esa discoteca final a modo de paraíso, todas esa cosas, están muy bien elegidas. Sin embargo, lo que guarda de mensaje pesimista, esa Barcelona que no soporta su propio peso, esa belleza terrible y apocalíptica de toda gran ciudad vista desde arriba, nos invita a una reflexión. Para Rilke "Lo bello es el comienzo de lo terrible" (vid. Las elegías de Duino). Hay que ver cómo nos estremece esa sensación difusa, neorrománticamente sádica en que vemos la obra del hombre presa del tiempo (la ciudad) como si un viejo satán baudeleriano y una divinidad hambrienta pugnarán por devorarlo, en su propia orfandad. Platón creía que la belleza era un ideal a perseguir y Tolstoi en cambio advertía que para él solo lo bueno era bello (al revés que Platón) haciendo ambos con sus máximas hidropesía del arte. Para Kant, mucho más acertado, el juicio estético obedece a principios subjetivos, a gustos personales, y Freud seguramente nos pondría en solfa advirtiendo que no es lo mismo lo que nos parece bello por familiar como lo que transgrede a ese principio, que también lo puede ser y gira siempre en torno a lo sexual-afectivo. Hegel lucha por destronar a Kant y pide unos principios universales, algo que seguramente no existe, aunque lleguemos a acuerdos progresivamente. Para el arte por el arte incluso el arte no necesita de beneficistas filósofos, es la belleza por la belleza. Y dentro del arte, Goya, Rubens, Picasso, Bacon o el propio Velázquez en algunos de sus cuadros, advierten que no se ha de representar sólo lo bello en arte, que si no estaríamos negando parte de la realidad.
Trasplantado a la literatura en fin, más cercana a nuestro dominio, mientras Juan Ramón Jiménez persigue el instante hermoso, otros, los poetas sociales pongamos por caso, han de acordarse de lo que se le olvida al más laureado, aunque no le restemos confianza a todo lo que persigue, pasado el tiempo.
En fin, un aplauso a la última película protagonizada por Javier Bardem, sin restar poesía al asunto.


Emilio Pérez Martín es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. Ha colaborado con el Grupo Súcubo, de poesía, la Tertulia Mambrino y la revista cultural Eclipsados. Actualmente está elaborando una novela de la que esperemos dé a luz más pronto que tarde. En lo artístico ha formado parte de los grupos de teatro Chandrío y En penumbra. Le interesan también el cine y la música. En definitiva, todo lo relacionado con la cultura. Actualmente estudia Historia del Arte.

sábado, 22 de enero de 2011

Preguntas. Opinión de Rafael Carcelén


Por Rafael Carcelén
(Originalmente publicado en el semanario Valle de Elda)

 

Preguntas


En una reciente entrevista, un conocido escritor manifestaba que sus escritos no son sino el conjunto de respuestas que ha ido dando a lo largo de su vida a esas preguntas que no dejamos de hacernos desde la infancia. Sin duda, la curiosidad, el asombro o la necesidad de respuestas a esas preguntas primeras son un inagotable leit motiv en todo proceso creador. Pero, ¿a qué repuestas se llega?.

En 1994, Eduardo Chillida entraba en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Con setenta años, casi cincuenta dedicados a la creación escultórica, y un reconocimiento internacional unánime, podía haber leído un discurso en torno a su trayectoria; o referido a algunas conquistas técnicas alcanzadas con su obra… O simplemente haber impartido una lección magistral sobre el diálogo ininterrumpido de sus esculturas con el espacio, la materia, el horizonte, los límites o el tiempo. Un diálogo, necesario y humano, con lo inmanente y lo trascendente que nos habita. Pero leyó un discurso, ante la perplejidad de muchos, que consistió en la formulación de unas cincuenta preguntas – inconexas entre sí- y a las que se dejaba sin respuesta.


Por inquietante que resulte esta actitud, no me parece gratuita. Su discurso, titulado precisamente Preguntas, comenzaba así: “¿Cómo es posible que nuestra vida, formada por sucesivos presentes que no tienen dimensión, pueda durar veinte, cuarenta u ochenta años?”.  Aludiendo quizás al proceso creador, requería: “¿Por qué la experiencia se orienta hacia el conocimiento y la percepción hacia el conocer?”. O esta otra forma de preguntar, sin concesiones: “En una línea el mundo se une, con una línea el mundo se divide, dibujar es hermoso y tremendo”. Un discurso que no tiene desperdicio y que, efectivamente, en su formulación nos recuerda a ese niño impertinente y curioso que no deja de preguntarse por el ser de las cosas. Al fin y al cabo el auténtico creador nunca abandona a ese niño que todos llevamos dentro. Pues no hay arte sin capacidad de asombro y una dosis considerable de ingenuidad.

Pero también me parece una manera profunda y humilde de reconocer que el arte responde siempre formulando nuevas preguntas (o las mismas, aunque de otra forma), puesto que nuestra humanidad es una tarea nunca terminada. O quizás, y esto es una hipótesis muy personal, que nos pasamos la vida respondiendo a lo que nos va surgiendo a cada instante; y sólo cuando nuestras respuestas –las obras en el caso del artista- empiezan a cobrar un sentido (una dirección, un significado), intuimos que van en busca de alguna pregunta. Como si lo dado fuesen las respuestas y correspondiese al creador encontrar las preguntas adecuadas a cada una de ellas. Frente a nuestro laureado novelista, Chillida es contundente: “Yo no represento, pregunto”.

Rafael Carcelén es maestro de escuela en el CEIP Padre Manjón de  Elda. Poeta, lector apasionado y perpetuo observador, opina sobre la realidad que nos rodea, bien en su columna Entre col y col en el semanario Valle de Elda o en otros foros independientes y/ o alternativos.

lunes, 10 de enero de 2011

La muerte. Opinión de Rafael Carcelén


Por Rafael Carcelén
(Originalmente publicado en el semanario Valle de Elda)


La muerte


Alguien dijo que nada es seguro salvo morir y pagar impuestos. Por eso Epicuro sostuvo que ante la muerte “vivimos en una ciudad sin murallas”. Pues no hay fortaleza ni salvoconducto que de ella nos exima. Absolutamente desprotegido, este ser para la muerte (Heidegger) que es el hombre, no ha dejado nunca de preguntarse por su condición finita o por lo que nos pueda sobrevenir tras ella. Y ya el propio Epicuro consideraba irracional nuestro miedo a la muerte porque con ella nunca coincidimos: cuando ella está yo ya no estoy  y, a la inversa, si ella no está es porque yo aún soy.


¿Final o fin de la vida?. Los filósofos, según Montaigne, han entendido la muerte en uno u otro sentido. En su Ensayo XX, De cómo la filosofía es aprender a morir, subraya que para quienes morir es sólo el final de la vida, consideran que después de ella no hay nada. De ahí la despreocupación del francés  al pedir que, cuando llegue la muerte, lo encuentre “plantando coles, mas indiferente a ella y más aún a mi imperfecto jardín”. Para otros, como Platón, la vida no tiene un fin en sí misma sino como tránsito, y la muerte conlleva la separación del cuerpo y el alma y el acceso de ésta a otra vida superior e inmortal. En uno u otro caso, y ante la angustia o el temor, el saber y la experiencia acumulados ayudarán al hombre a entender y asumir su condición mortal, a vivir ante su no esquivable presencia en nuestra vida cotidiana. “Vivir es caminar breve jornada/ y muerte viva es, Lico, nuestra vida,/ ayer al frágil cuerpo amanecida,/ cada instante en el cuerpo sepultada,”, sentenció Quevedo. Y en ese monumento elegíaco a la muerte de su hijo que es Mortal y rosa, y que leí sobrecogido este verano, Umbral escribe que “la vida está dentro de la muerte como el hueso dentro de la fruta”.

Tengo por un tesoro desde hace unos años el libro de Poemas japoneses a la muerte. Escritos por monjes zen y poetas de haiku en el umbral de la muerte. Una antología que recoge una ancestral costumbre nipona consistente en escribir, a modo de legado, un breve poema cuando ya la muerte llama a nuestra puerta. En el ámbito de una poesía caracterizada por su concisión e intensidad, es apreciable la diversidad de tonos con que están escritos: de lo solemne a lo cómico, de lo simbólico a lo realista, de lo meditativo a lo irónico, predominan los textos donde la muerte es recibida con aceptación serena y con un sentimiento de cimera plenitud. Despojados y espontáneos, cuanto más se alejan de una elaborada artificiosidad, mayores son sus efectos emotivos y sobrecogedores.

Me gustaría acabar mostrándoles algunos de ellos: “La música del no ser/ llena el vacío:/ Sol de primavera,/ Blancura de nieve,/ Nubes que brillan,/ Viento transparente.”. Sublime. Comparen la serena gravedad de este poema  con la travesura del siguiente: “Cuando muera, enterradme/ en una taberna,/ bajo un tonel de vino./ Con suerte/ goteará”.  ¿Y qué me dicen de éste otro?: “Creía que viviría/ dos siglos, o tres./ Pero ya me llega la muerte,/ cuando soy un muchacho/ de apenas ochenta y cinco años”. Aunque diferentes, sorprende en todos ellos la desdramatización, la ausencia de temores o deseos con que es afrontada la muerte. Porque, como escribiera Fukaku en el siglo XVIII, “Vacío caparazón de cigarra:/ tal como venimos,/ desnudos, nos vamos”. O “ligeros de equipaje”, que diría Machado, reconocido admirador de la lírica japonesa. 



Rafael Carcelén es maestro de escuela en el CEIP Padre Manjón de  Elda. Poeta, lector apasionado y perpetuo observador, opina sobre la realidad que nos rodea, bien en su columna Entre col y col en el semanario Valle de Elda o en otros foros independientes y/ o alternativos.

sábado, 1 de enero de 2011

"La pintura no se hizo para decorar apartamentos". Opinión de Almandrade



“... painting was not made to decorate apartments. It is a
war weapon to attack and defend against the enemy.”
Picasso

The revolver is the symbol of this exhibition. Pointing to
the artist, the weapon is a ludic and rational experience,
inciting questionings, reason to immerse artist and
spectator on an experience of freedom, autonomy and
possibilities to analyze fragments of reality. Art is an
imagery of itself where transgressions are allowed and
desire surpasses limits, altering the natural order of
things and language. The essence is within art, on the
deconstruction of conventional language, aimed towards
a different perspective - that of desire and peace. The
show proposes a construction of a new sovereign and
free speech, creating new codes. The daily routine of
arms is not reproduced, it is a space for ruptures and
for invention of a different speech about the object /
weapon for life.

Artist and art critic


“...a pintura não foi feita para decorar apartamentos.
É uma arma de guerra para o ataque e defesa contra o
inimigo.” Picasso

artista, a arma é uma experiência lúdica e racional que
desperta interrogações, o motivo para mergulhar artista
e espectador numa experiência de liberdade, autonomia
e possibilidades para questionar um fragmento da
realidade. A arte é a imagem de si mesma, um lugar onde
as transgressões são permitidas e o desejo ultrapassa
limites, um dispositivo que altera a ordem das coisas e
da linguagem para colocar o espectador diante de um
saber. A essência está na própria arte, na desconstrução
da linguagem convencional, nesse caso, direcionada para
outra perspectiva, o desejo de paz. A exposição na
opção estética de cada artista, propõe a construção de
um outro discurso soberano e livre que inventa outros
códigos. Não se reproduz o cotidiano bélico. É um espaço
de rupturas, de invenção de um outro discurso sobre o
objeto/arma a favor da vida.


Artista plástico e crítico de arte


“... La pintura no fué hecha para decorar apartamentos.
Es un arma de guerra para el ataque y la defensa contra
el enemigo.” Picasso


El revólver es objeto simbólico de la exposición. En la mira de artista, un arma es una experiencia lúdica y racional que suscita interrogantes, un motivo para bucear conjuntamente artista y espectadores en una experiencia de libertad, independencia y posibilidades de cuestionar un fragmento de la realidad. El arte es la imagen de sí mismo, un lugar donde las transgresiones son permitidas y el deseo excede límites, un dispositivo que altera el orden de las cosas y del lenguaje para colocar al espectador frente a unos conocimientos. La esencia en el arte, deconstrucción de lenguaje convencional, en este caso, orientadas hacia otro punto de vista, el deseo de paz. La exposición, en la opción estética de cada artista, propone la construcción de otra expresión soberana y libre, crea otros códigos . No reproduce las guerras cotidianas. Es una zona de perturbaciones, de inventar otro discurso sobre el objeto /arma en favor de la vida.

Almandrade. Artista plástico y crítico de arte.


Objeto :  revolver de gesso, esponja e vidro